XMM-Newton
Messier 82
© ESA
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“10 años es mucho tiempo para una misión espacial; hemos hecho grandes avances en todos los ámbitos de la astronomía”, comenta Norbert Schartel, Científico de Proyecto de la ESA para esta misión.
Los rayos-X se generan en el Espacio en las condiciones más extremas, con frecuencia como resultado de trágicos sucesos. Pueden ser generados en los intensos campos gravitatorios y magnéticos que rodean a ciertos objetos celestes, como las estrellas de neutrones o los agujeros negros, o cuando nubes de gas gigantes colisionan con cúmulos de galaxias.
Los rayos-X se generan en el Espacio en las condiciones más extremas, con frecuencia como resultado de trágicos sucesos. Pueden ser generados en los intensos campos gravitatorios y magnéticos que rodean a ciertos objetos celestes, como las estrellas de neutrones o los agujeros negros, o cuando nubes de gas gigantes colisionan con cúmulos de galaxias.
XMM-Newton
Messier 82
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“10 años es mucho tiempo para una misión espacial; hemos hecho grandes avances en todos los ámbitos de la astronomía”, comenta Norbert Schartel, Científico de Proyecto de la ESA para esta misión.
Los rayos-X se generan en el Espacio en las condiciones más extremas, con frecuencia como resultado de trágicos sucesos. Pueden ser generados en los intensos campos gravitatorios y magnéticos que rodean a ciertos objetos celestes, como las estrellas de neutrones o los agujeros negros, o cuando nubes de gas gigantes colisionan con cúmulos de galaxias.
Los rayos-X se generan en el Espacio en las condiciones más extremas, con frecuencia como resultado de trágicos sucesos. Pueden ser generados en los intensos campos gravitatorios y magnéticos que rodean a ciertos objetos celestes, como las estrellas de neutrones o los agujeros negros, o cuando nubes de gas gigantes colisionan con cúmulos de galaxias.